Carta de despedida
Hace tiempo ocurrió un hecho que cambiaría mi vida…
Recuerdas a Raleluc, mi hermano gemelo. Bueno, como sabes el desapareció
hace ya veinte años, pero nunca supieron lo que de verdad ocurrió aquella
tarde. Eran las 6 de la mañana y me levante a entrenar con Raleluc ya que como
recordaras el quería ser guardia en el imperio y yo me ofrecí a practicar
esgrima con el. Desde chicos siempre mi relación con el fue de mala a horrible.
Siempre el me molestaba, me golpeaba y se burlaba de mi. Más de una vez lo
deseé ver muerto. Cuando entrenábamos el accidentalmente me cortó al lado del
ojo y comencé a sangrar entre lagrimas de dolor ya que este era terrible. Pero
Raleluc no me ayudo, de hecho me insulto, se burlo de mí, me dijo cosas que son
atroces incluso en la mas terrible de las lenguas orcas. Tal era por mi ira
acumulada que estallé. No planeé lo que ocurrió, solo se que cuando mire mi
espada estaba atravesando su corazón y la sangre que salía a chorros cubría todo el filo de mi espada. Raleluc había muerto y yo era el asesino, pero
no sentí ninguna culpa, de hecho fue como un gran alivio. Fue solo un segundo
pero ese segundo mejoraría enormemente mi vida ya que el era la mayor de mis
molestias. Todavía sangrando, subí a Raleluc a un bote que se encontraba en el
muelle del lago (creo que no es necesario decir que no había nadie cuando
asesine a Raleluc ni cuando tome el bote) y además cargue unas dos bolsas de arena que usábamos como obstáculo mientras entrenábamos. Fui al medio del
lago y arroje el cadáver atado a las bolsas, que rápidamente se hundió.
Al volver a la aldea me
preguntaban que había pasado ya que tenía una gran cicatriz. Yo dije que me
ataco un oso y que se había llevado a Raleluc. El tiempo pasó, nunca lo encontraron,
y yo jamás me sentí mal. A pesar de todo esto nunca me considere como un mal
elfo. Siempre me dedique a estudiar la naturaleza, principalmente las Águilas y
los dragones. Todos los que me conocieron saben de mi pasión por estos y
también saben que soy muy educado para hablar especialmente con seres de otras
razas menos inteligentes. También algunos seres más torpes como enanos y
semiorcos me han confundido con un semielfo o incluso con un humano y esto se
debe a mi altura.
Hace dos semanas recibí una carta
Aramil diciéndome que lo encuentre en una taberna ya que antes de que el se
fuera yo hice que me prometa enviarme una carta diciéndome donde se encuentra
en el día de mi cumpleaños numero 115 y que me espere hasta que llegue a el
lugar. Vamos a comenzar a recorrer las tierras como dos hábiles exploradores.
Si volvemos, volveremos llenos de riquezas, te lo puedo asegurar mi querida
hermana.
Saludos y cuida a mamá.
Atte: Aryent
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